Razón = Vida

Miraba desde la ventana, a lo lejos las nubes formaban la palabra tormenta, todo se empezaba a nublar, el aire movía cada vez con mayor intensidad las ramas de los árboles, sus flores caían, con muchas despreocupación, sin que pudieran hacer nada se deslizaban con lentitud hacia su muerte, la tierra las recibía sin cantos. Alguna vez habían sido el motivo para que un niño descubriera por primera vez la belleza natural, la que no necesita maquillaje, la que solo es, no tenía aun en si la capacidad de hablar pero se había formado en su pequeño rostro una linda sonrisa, era feliz, y no tenía conciencia de porque, solo había mirado accidentalmente la flor con un poco mas de atención que la primera vez en que su mamá lo paseo por aquella calle; pero ahora esa flor yacían el la tierra, tirada, sola, sería cuestión de minutos para que el desprendimiento de su fuente de vida se hiciera notar, cada pétalo empezaría con rapidez a hacerse más pequeño, su rojo se iría apagando hasta penetrar la oscuridad, y aun así, muerta, servirá de alimento a insectos, que sin su vida y luego sin su muerte no podrían comer y también morirían y se rompería ese ciclo del que nos hablaron en la primaria. Ni si quiera yo ahí presente le daré importancia, mañana pasaré cerca del árbol y pisaré las flores ya muertas.

Cada segundo que pasa es portador de un cambio, muchas veces no le damos ninguna importancia, vemos en las noticias como día a día mueren tantas personas y le damos la misma importancia que a una flor que fue arrancada por el aire. La naturaleza es sabia y es razonable que esa flor muera, pronto una nueva flor nacerá de aquel árbol y todo continuará. También es natural que todos muramos, lo que no es razonable es que nos estemos matando unos a otros y que cuando veamos el sufrimiento de alguien más pasemos como si nada, como si esa persona no sintiera igual que nosotros, como si no importara; es cierto somos solo una luz mas que se encuentra tan vulnerable como tantas más y que busca sobrevivir, resistir encendida lo mas que se pueda, pero mas velas encendidas favorecen al mayor conocimiento del todo, ¿por qué no hacer uso de lo que tenemos para detener esas agresiones?, ¿por qué ya no nos duele ver a alguien herido?, ¿por qué no surge dentro de nosotros el deseo de defendernos unos a otros? Nuestro instinto de sobrevivencia podrá gritar: ¡cuidado!, no te reveles a las fuerzas porque puedes acabar igual que ése; pero somos seres racionales, por qué no queremos entender que si permitimos que las cosa sigan igual todo se ira haciendo mas grande y cuando queramos poner un alto será ya muy tarde, todo será en vano, y entonces el tiempo nos cobrara cada grito ahogado, cada mano inmóvil, cada pie pegado.