domingo, 7 de septiembre de 2008

La tierra no es de nosotros, nosotros somos de la tierra

Nos vimos en el metro, casi todos llegamos tarde jeje, tomamos un camión para Ixtlahuaca que se tardo muchísimo tiempo. Ya estaba empezando a oscurecer cuando llegamos y todavía teníamos que tomar un camión para Santana Nichi y de ahí para el Centro Ceremonial Mazahua, nuestro destino, y por si fuera poco todos teníamos mucha hambre. Compramos los boletos para el camión y ya estando arriba nos enteramos que se iba hacer una hora y media y todavía faltaba tomar un taxi para el Centro Ceremonial y que un taxi nos podría llevar directo, obvio seria mas caro pero la noche estaba apunto de caer y tendríamos que poner la casa de campaña en la oscuridad y con la única ayuda de una pequeña lamparita por lo que bajamos en cuanto pudimos. A y N fueron por algo de comer, porque ya las grandotas se comían a las chiquitas, y seguro allá no encontraríamos nada de comida; P y yo fuimos a ver si podíamos regresar los boletos del camión y que nos regresaran el dinero, porque la verdad llevábamos muy poco como para andarlo regalarlo, pues fuimos a probar suerte y la señora no quería porque ese era el ultimo camión y ya no podría vender los boletos hasta el otro día, suplique y por fin logre que nos devolvieran la mitad; fuimos a esperar a N y A pero se tardaban y el sol estaba a punto de perderse hasta que llegaron y conseguimos que un taxi nos llevara a un precio un poco mas accesible, el taxista decía que era un viaje caro porque ya era tarde y esa era una zona un poco peligrosa. Por fin llegamos al Centro Ceremonial Mazahua y ¡Ho sorpresa!, ya estaba todo oscuro, ni rastro de gente, fuimos a preguntar con miedo si nos dejaban acampara y nos dijo el vigilante que no, con mal humor, pero tanta fue nuestra insistencia que nos dijo que fuéramos hacia una luz que se veía a lo lejos y que tocáramos y preguntáramos ahí si nos dejaban, P se quedo en el taxi para cuidar las cosas, N, A y yo fuimos con miedo en la oscuridad y viendo como lo perros ladrando se acercaban cada vez mas, despues de unos segundos de indecisión nos atrevimos a tocar pero no abrían, hasta que por fin salio el señor y nos volvió a decir que no, pero ¿cómo nos habrá visto?, que lo convencimos y nos dejo entrar. Estaba completamente oscuro, hubiéramos podido caer en cualquier momento. Desde un principio me sorprendió la majestuosidad del lugar, los árboles resaltaban su grandeza y éramos las únicas cuatro personas ahí. Logramos poner la casa de campaña, comimos y nos pusimos a jugar, en la total oscuridad, solo se oía el fuerte murmullo del viento; hacia un frío terrible pero pasamos una velada muy, muy agradable, casi no dormimos. Al otro día nos levantamos, nos subimos a las resbaladillas y demás juegos recordando lo bien que se sentía cuando niños solo que ahora todo parecía mas complicado, jeje. Desayunamos quesadillas de maíz 100% mazahua y pronto empezó la ceremonia, el jefe supremo portaba el bastón de mando (en símbolo de unión de todos los pueblos del mundo y de organización para el bien común), mujeres con el traje tradicional (quixquemel, lía y faja) llevaban muchas flores y el incienso. Detrás de ellos venían los músicos, el violín y tres guitarras que acompañaban a las pastoras vestidas de blanco y tocando bastones con listones de colores y cascabeles. Nos dirigimos a la sala de la ceremonia, donde se reúne el consejo para hablar sobre temas de interés mazahua. Se hizo un reconocimiento a Julio Garduño Cervantes, hombre de lucha que impulso a los mazahuas a fortalecer su cultura. El jefe supremo encabezo un ritual en símbolo de respeto a los elementos naturalez, agua, aire, fuego y tierra, el incienso envolvía todo en un ambiente místico. Se buscaba resaltar la visión mazahua sobre el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, la importancia de la trascendencia, de seres con gran espiritualidad que se encuentran a si mismos, amantes de la vida, y con total respeto a lo existente; también hubo bailes con mucho colorido que transmitían esa alegría y orgullo de ser mazahuas. Se habló sobre la importancia de continuar de pie y en lucha en busca de sus derechos y su dignidad como parte importantísima del cosmos. Se recitaron poemas al valor del indígena, de su importante papel en la historia, por rescatar su cultura y para liberar a la nación en las luchas de Independencia y la Revolución. En general una gran fiesta para celebrar la alegría de ser mazahua, de portar con orgullo su cultura, y una ideología rica en saberes ancestrales, de seres cósmicos que son aún capaces de ver la verdadera importancia de la vida, la perfecta relación que debe haber entre los hombres y todo lo que existe; la paz y la unión, la ayuda mutua para logra un mundo mas humano, equilibrado y sin intereses individualistas, con una ideología en defensa de la vida misma.

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