Tuve la oportunidad de asistir al primer festival mundial de la Digna Rabia, empezó desde el 26 de diciembre en el lienzo charro en el que hubo conferencias que hablaban sobre el despojo, explotación, represión, desprecio, en sí, como lo plantean, las 4 ruedas del capitalismo.
Tocaron varios grupos de casi todo tipo de música, desde Ska y la música tradicional hasta el rockabilly de Los Gatos. Y se dio espacio para que varios colectivos presentaran su lucha, y vendieran sus productos.
Todavía no estaba seguro que mis amigas y yo pudiéramos ir a Oventik, ya no había lugar pero estuvimos haciendo presión, estábamos decididas a llegar en burro pero no volveríamos a dejar pasar una oportunidad como esa, y lo conseguimos!!!
Salimos el 30 de diciembre ya muy noche, éramos demasiados, por fin, después de varias horas de e
spera abordamos los camiones, el ambiente era de emoción y alegría, empezamos a platicar con chavos que ya tenían mucho tiempo de hacerse presentes en el aniversario del EZLN; vimos que existían muchas personas con formas de pensar muy interesantes, verdaderamente comprometidas para lograr un cambio, que hacían de su vida cotidiana una historia de lucha.
Llegamos a Oventik, todavía no podíamos entrar al caracol pero A. y yo empezamos a caminar por los alrededores, lo que empezábamos a ver nos alegraba, la escuela adornada con murales coloridos que despiertan el sentido crítico de la manera mas sencilla y agradable.
Entramos al caracol y conseguimos armar la casa de campaña muy rápido, ya somos unas expertas!!! jeje.
La naturaleza nos acogía resaltando s
u grandeza, la neblina lo hacía parecer todo como un sueño, mis ojos apenas podían percibir tal magnificencia, y luego ver a tanta gente de todo el mundo unidas por tener un enemigo y un fin común; hombres y mujeres, niños y niñas zapatistas o no, todos reafirmando que es posible conseguir un mundo donde todos seamos dignos de vivir con nuestras diferencias, un mundo justo. La amabilidad, el compañerismo, el respeto descendían a lo concreto, se podían percibir en cada mira, en cada sonrisa, en cada palabra.
El sol se fue ocultando y la esperanza y la alegría salieron irradiando belleza: obras de teatro, poesía, música, baile; había espacio para todo lo que pudiera fortalecer el espíritu rebelde, un espíritu rebelde y alegre.
El EZLN, nos dio la bienvenida al festival, mostrándose alegres por nuestra compañía en su quince aniversario.
Dieron su discurso, reafirmando su lucha, su derecho a mostrar su digna rabia. Explicaron cómo continúan siendo fuertemente reprimidos por los militares y que desde el amanecer del primero de enero de 1994, su lucha no se ha debilitado ni con las agresiones del mal gobierno, ni de la sociedad, que dormida aún por el poder hegemónico los ataca. A pesar de esto, ellos siguen buscando nuevas estrategias, poniendo atención en la sabiduría de sus raíces indígenas y de tantas corrientes revolucionarias que se han ido desarrollando a lo largo de la historia para construir un mundo mejor.
Todo era muy emotivo, mi mente no paraba, pasaba de un punto a otro sin que me diera cuenta, mi corazón latía fuertemente, se empezó a ir la luz, y todos los presentes empezamos a lanzar consignas que reflejaban la rabia, que talvez cuando llegamos no habíamos notado aún, pero después de ver tanta sinceridad, de escuchar, de sentir, la rabia empezaba a salir y envolvía nuestros corazones, salía en forma de muchas voces que parecían una sola.
Se rindieron honores a la bandera y todo termino en medio de aplausos y risas, el baile comenzó y los que no sabíamos como movernos empezamos a brincar formando culebritas que se retorcían en medio de una masa de pensamientos alegres.
A, N y yo nos fuimos a dormir no muy temprano, ni muy tarde, el frío era insoportable, mas juntas no podíamos estar. Por fin amaneció, el frío nos hizo levantarnos muy temprano, fuimos a buscar algo de comer, el café sabia delicioso, el ponche también con pedacitos de pan que se deshacían en la boca. Empezamos a comprar cositas en las cooperativas de artesanías. Se veía a los niños, zapatistas o no, corriendo en medio de muchísima gente. Algunos cantaban por ahí, otros platicaban, era como ver la realización de una utopía en la que todos podían convivir sin ningún conflicto, porque cada quien ponía atención en el otro.
Llegamos al CIDECI en San Cristóbal de las Casas, nos quedamos en el campamento. Se realizaron las conferencias en las que el tema principal era la dignidad, como la dignidad a ser joven y expresar tu rabia, a hacerlo con empeño.
La importancia de fijar la mirada en otras culturas, las que laten con el corazón de la tierra y no las que se nos imponen y nos atan destruyendo lentamente la vitalidad de nuestra alma. Buscar otras comunicaciones que no opriman, que muestren la verdad y que todos podamos formar parte de ellas.
El digno color de la tierra, en el que el saber debe ser para todos, contrario a la especialización que solo es una especie de propiedad privada para el conocimiento. Que se debe transmitir lo que se sabe sin subestimar y siempre abiertos a aprender más de los demás.
Una digna rabia organizada para conseguir el bien común, opuesto a la visión occidental, revalorizando las culturas indígenas.
A esto le sumamos que los cuentos del Subcomandante Marcos eran la neta, no solo me hacían reír y me dejaban con buen humor toda la noche, al grado de que no me importaba dormir casi congelada, porque estaba feliz, me hacían meditar, con su sencillez podía decir muchas cosas, entre ellas, la importancia de no perder las esperanzas y de que aunque todo parezca catastrófico, hay que ver las cosas a la luz de nuestro ingenio para dar un giro a todo y cambiar lo cuadrado, lo establecido, el camino de la muerte por el de la vida, de que lo imposible pude ser posible.
También se habló de la importancia de darle el lugar que se merece a la mujer, a saber respetar las diferencias, porque finalmente todos somos seres humanos y merecemos vivir en un mundo justo y libre, sin que haya ningún tipo de distinción, nosotros debemos ser los primeros en cambiar tantas actitudes que solo nos separan de los demás y que favorecen al sistema neoliberal.
Se resaltó la necesidad de empezar a tomar en cuenta las otras políticas, que son las que construyen un mundo mejor, políticas que aprenden de todos, que analizan y meditan para no caer ante las agresiones, sino que dejan que la razón sea la que guíe las acciones, y que finalmente vale más morir luchando por la dignidad que vivir muriendo por la esclavitud.
Tomar el ejemplo de tantas personas que han dado su vida por la lucha para conseguir algo en beneficio de muchos, como el caso particular de la Comandanta Ramona, que ante todo siempre tuvo bien claros sus ideales y los caminos que debía seguir para conseguirlos, y como éste, muchos otros ejemplos de personas que ya no están físicamente pero cuya fuerza ha logrado vencer a la muerte porque son fuente de inspiración para los que aún podemos hacer algo.
Se agitaron los vientos de todas las rabias para empezar a pensar y actuar tomando en cuenta el “nosotros” y derrotar al individualismo.
El profe C. lo advirtió, es una experiencia que no olvidaré y que sin duda dará un giro en mi vida, talvez no sea tan radical como me gustaría pero de poquito en poquito surgen los grandes cambios.